Un grupo de peregrinos de la Parroquia Roncalli Newman en La Crosse, Wisconsin, viajó a Roma para la canonización del Papa Juan XXIII, cuyo nombre de
pila fue Angelo Guiseppe Roncalli.
El párroco James Kurzynski pensó “que sería maravilloso que algunos de los fieles participasen de la Misa de canonización y así recordar este gran evento en el marco del 50º aniversario de la construcción de la parroquia”.
El padre Kurzynski explicó que “no solo era una oportunidad única en la vida, sino que también sintonizaba con las diferentes celebraciones que nuestra parroquia estaba teniendo”.
El Padre Kurzynski, de 40 años, indicó que Juan XIII y Juan Pablo II fueron muy importantes para su vocación al sacerdocio.
El sacerdote valoró “la mentalidad sencilla de Juan XXIII que antes de irse a la cama solía orar sencillamente “es tu Iglesia,Señor, estoy cansado’. Como joven sacerdote podemos caer en la trampa
de pensar que el éxito de la Iglesia depende de nosotros. En cambio, el rol del sacerdote es ser fiel y Cristo hace el resto”.
“En relación a Juan Pablo II, me impresionó su fervor, su amor y su sencilla frase que decía una y otra vez, ‘no tengan miedo’”.
Un grupo de amigos polacos decidió correr para llegar a Roma y estar presente en la canonización de los santos Juan Pablo II y Juan XXIII.
“No tenemos ninguna organización (oficial). Somos amigos”, dijo Tomasz Pietnerzak a ACI Prensa el 27 de abril. “Cuando otro amigo propuso ir corriendo al Vaticano. Yo dije ‘está bien, corramos. ¡Vamos!’”.
El grupo de 22 hombres, de distintas edades, corrió unos dos mil kilómetros para estar presente en las canonizaciones. Cada día corrieron 300 kilómetros.
Pietnerzak confesó que la motivación principal que impulsó esta iniciativa fue “correr en forma de agradecimiento”, y que la palabra “gracias” fue impresa en la parte posterior de las camisetas que lucieron al correr.
“Corrimos porque no podemos hacer nada más”, explicó el peregrino. Asimismo expresó su especial gratitud a San Juan Pablo II no solo porque “es polaco” sino también porque “cambió el mundo y Polonia”.
Mientras el mundo contemplaba en 2011 la beatificación de Juan Pablo II en Roma, la costarricense Floribeth Mora, que sufría de un aneurisma cerebral grave que estaba a punto de matarla, oyó "esa voz que me dice ´Levántate, no tengas miedo´"... y se levantó de la cama, curada. Sería el milagro "en español" que canonizaría al Papa polaco.
Los informes médicos recogen los hechos, pero para recoger las emociones se necesitan cámaras y grabaciones, el rostro y las voces de Floribeth, de su esposo, de sus hijos...
Eso es lo que hace un nuevo vídeo de 30 minutos, grabado "sobre el terreno", en Costa Rica, en los lugares y con las personas que fueron testigos del milagro, de la inexplicable recuperación y de la necesidad de mantenerlo en secreto mientras la Iglesia lo investigaba.
El documental recoge además la participación de distintos expertos que narran cómo el coágulo en el cerebro se disolvió sin mediar tratamiento alguno. Nunca se encontró una explicación científica para la súbita mejoría.
Ahora este vídeo especialísimo y emocionante puede adquirirse en DVD junto con el documental "Juan Pablo II, el santo que amaba a España", una investigación que se plantea lo que el Papa polaco, enamorado de los místicos españoles, pensaba sobre la Hispanidad, el papel de España como "tierra de María", sus cinco impactantes viajes a España y su relación con Hispanoamérica.
A lo largo de su pontificado Juan Pablo II calificó al Camino Neocatecumenal como uno de los carismas más revitalizadores de la Iglesia. Kiko Argüello, iniciador y responsable del Camino Neocatecumenal, presente en más de 124 países de los cinco continentes, recuerda el aporte a la evangelización de la Iglesia de Juan Pablo II y de Juan XXIII sólo unos días después de que hayan sido proclamados santos.
–¿Cómo ha vivido las canonizaciones del domingo?
–Ha sido un acontecimiento muy importante para la historia de la Iglesia. Juan XXIII fue un Papa profético y su figura ha ido creciendo por el valor que ha tenido el Concilio Vaticano II en la historia contemporánea.
»En la Constitución Apostólica «Humanae Salutis», con la que lo inició, dijo: «La Iglesia asiste en nuestros días a una grave crisis de la humanidad, que traerá consigo profundas mutaciones. Un orden nuevo se está gestando, y la Iglesia tiene ante sí misiones inmensas, como en las épocas más trágicas de la historia.
Vittorio Messori cuenta su encuentro con el pontífice polaco, al que él entrevistó, y nos confía: "cuando fue elegido comprendí enseguida que el comunismo caería"
Que dos Papas sean canonizados por dos de sus sucesores es indudablemente un hecho nuevo, que marca una época.
Las implicaciones más importantes de lo que sucedió el 27 de abril son, sin embargo, muchas y tienen gran interés, sobre todo si se observan en el contexto actual de la secularización.
Vittorio Messori ha sido el primer periodista de la historia en entrevistar a un Papa. El resultado de su encuentro con San Juan Pablo II fue el éxito de ventas Cruzando el umbral de la esperanza. El origen de este exitoso libro y algunas reflexiones sobre el recientemente canonizado pontífice polaco han sido compartidas por Messori en la entrevista que les propone ZENIT.
-En su reciente editorial en el Corriere della Sera, usted ha afirmado que nos encontramos frente a una paradoja: el contrapeso a un mundo cada vez más secularizado y a una Iglesia que pierde consensos, son unas figuras papales de un grandísimo nivel, empezando por los dos Papas que acaban de subir a los altares, en cuya canonización la participación popular ha sido inmensa. ¿Podemos decir entonces que el proceso de secularización no es tan irreversible?